Cataratas, ¿en qué consiste la operación?

Cataratas

La catarata no es una enfermedad, es un deterioro del cristalino, la lente que todos tenemos dentro del ojo, que pierde transparencia y empezamos a ver como si mirásemos por un cristal sucio.

Cuando la visión es baja y no mejora con graduación, es el momento de operar. La intervención de cataratas es actualmente una cirugía rápida y muy eficaz, con una recuperación de la visión de forma inmediata.

Tanto la anestesia, que suele ser con gotas (tópica) como el procedimiento, están diseñados para hacerse de forma ambulatoria y que el paciente salga del centro por su propio pie con el ojo destapado.

El cirujano puede quitar la catarata e implantar una lente que corrige la graduación por una herida mínima, de 2 milímetros. La extracción de la catarata se hace dividiéndola dentro del ojo en pequeños fragmentos con ultrasonidos que posteriormente se aspiran y se eliminan.

Una vez terminado el proceso, la lente intraocular se inyecta plegada a través de la misma incisión, y el cirujano la coloca en el lugar en el que estaba la catarata, de manera que el paciente puede ver a través de ella y habitualmente no necesita gafas. Existen varios tipos de lentes intraoculares, su oftalmólogo decidirá cuál es la mejor para usted dependiendo de si se quiere corregir sólo la vista de lejos, lejos y cerca, o también visión intermedia.

Tanto la miopía como la hipermetropía y el astigmatismo, se pueden corregir con las lentes intraoculares que hay actualmente en el mercado, siempre que el oftalmólogo haya practicado las pruebas preoperatorias y considere y explique al paciente las distintas alternativas, con sus pros y sus contras.

La operación de cataratas permite por tanto solucionar tanto el problema refractivo como la disminución de agudeza visual que se produce en los pacientes que las padecen. Es una intervención rápida, fiable y con resultados satisfactorios para la práctica totalidad de los pacientes.

Marta Calatayud Pinuaga


Dra. Marta Calatayud Pinuaga

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

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5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council