Conjuntivitis: Síntomas y tratamiento

Conjuntivitis

Con la llegada de las estaciones más frías, son muy comunes los catarros y otras enfermedades respiratorias. Durante el otoño y el invierno además, es más común la aparición de la conjuntivitis y es cuando se registran la mayoría de casos de esta afección visual.

¿Qué es la conjuntivitis?

La conjuntivitis es una enfermedad del ojo que se manifiesta de forma muy común. Viene dada por la inflamación de la conjuntiva, que es la capa fina y mucosa que reviste el interior del párpado y cubre la parte blanca del ojo. Esta inflamación deja más visibles los vasos sanguíneos, de ahí que el ojo se vuelva de un color rojizo. Es muy frecuente tanto en niños, como adultos, y suele ser una enfermedad sin demasiada complicación que necesita algunas atenciones para que en varios días desaparezca.

Síntomas de la conjuntivitis

La conjuntivitis no suele ser muy agresiva y algunos de sus síntomas van desapareciendo solos con el paso de los días. Las molestias en los ojos suelen durar entre 7 y 15 días. Normalmente la enfermedad, dependiendo del grado, desaparece en dos o tres semanas. Estos síntomas también dependen del tipo de conjuntivitis del que se trate, pero los más comunes son:

  • Irritación

  • Secreción del ojo amarillenta o color blanquecino

  • Hinchazón en los párpados

  • Eritema biocular, conocido comúnmente como enrojecimiento de los ojos

  • Epifora, exceso de lagrimeo

  • Costras amarillas que se suelen formar en el párpado durante la noche

  • Sensación constante de picor

  • Mayor sensibilidad a la luz

Tratamientos para frenar la conjuntivitis

Con un tratamiento adecuado, se soluciona sin problemas, pero es cierto que sin tratamiento puede llevar a complicaciones como cicatrización de la córnea, pérdida de la visión e infección recurrente.

A continuación, os explicamos la mejor forma de proceder ante un episodio de conjuntivitis, así como cuáles son los mejores tratamientos para eliminarla por completo:

  1. Lo primero que se tiene que hacer cuando se ha detectado un problema en los ojos es acudir al oftalmólogo, que será el responsable de dar el mejor tratamiento y de asegurarse que no vaya asociada con alguna lesión corneal.

  2. Lo segundo es recetar un colirio antibiótico, en este sentido servirá para limpiar el ojo y evitar que vaya a peor, así como su propagación.

  3. Normalmente con un tratamiento de lágrimas artificiales o de solución salina sería suficiente para tratar la conjuntivitis, pero hay que tener en cuenta que no todas las lágrimas son buenas para todos los tipos de conjuntivitis.

  4. Son muy importantes los lavados frecuentes y hacerlos con máxima higiene. Limpia tus ojos, al menos, tres veces al día y utiliza un algodón o gasa esterilizada cada vez que lo hagas. Ten en cuenta que deberás utilizar una diferente para cada ojo para evitar contagios.

  5. También se pueden tomar antiinflamatorios si el ojo sufre una hinchazón.

  6. En el caso de una conjuntivitis alérgica, el tratamiento precisará de antihistamínicos en forma de colirio.

  7. También te puedes aplicar compresas frías sobre los ojos durante unos minutos para enfriarlos y aliviar algunos síntomas como el picor.

Prevención contra el contagio

Una de las cosas por las que se caracteriza la conjuntivitis es por su alto grado de contagio. Por eso, os vamos a dar algunas recomendaciones para evitarlo:

  • No dejes tus gafas a otra persona para evitar la propagación del virus.

  • Procura no compartir aquellas prendas que puedan estar en contacto con los ojos como pueden ser toallas o sábanas. Una vez te hayas curado es muy importante lavarlo todo bien para evitar volver a infectarse.

  • Lava tus manos con frecuencia con agua tibia o caliente y jabón para matar a los gérmenes.

  • No te toques los ojos y luego toques otros objetos o prendas que puedan estar en contacto con otras personas.

  • Es muy importante llevar una higiene rigurosa.

  • No compartas el mismo envase de las gotas para los ojos con otras personas.

  • Tampoco compartas el maquillaje para los ojos, cara, envases de lentes de contacto...

Tipos de conjuntivitis

Dependiendo de la causa por la que se produzca, podemos encontrarnos con varios tipos de esta enfermedad:

  • Bacteriana: puede ser producida por diferentes tipos de bacterias. Los síntomas van acompañados de un lagrimeo de color amarillento.

  • Vírica: este tipo es el más frecuente y contagioso.

  • Alérgica: ésta se da solo por el tipo de estación. Se caracterizan por un picor muy intenso y legañas acuosas. Va muy asociada a cuadros de sinusitis. Generalmente es causada por el polen o los ácaros del polvo.

  • Por cuerpo extraño: este tipo es causado por un mal uso de lentes de contacto, por ejemplo.

  • Traumáticas: provienen de golpes y arañazos que facilitan la infección.

Cuándo acudir al médico

Ya os hemos comentado en puntos anteriores que lo más recomendable es acudir siempre al oftalmólogo para que pueda valorar de qué tipo de conjuntivitis se trata y para recetar un tratamiento adecuado.

Sin embargo, hay algunos síntomas que nos indican que la enfermedad es más grave de lo habitual, y entonces se debe acudir de forma rápida al oftalmólogo:

  • Además de los síntomas típicos de los que hemos hablado antes, sufres dolor fuerte en los ojos.

  • Una continua sensación de sensibilidad a la luz o de visión borrosa, incluso sin tener la secreción en los ojos.

  • Enrojecimiento muy intenso en los ojos

  • Los síntomas empeoran o continúan con el paso de los días. Puede venir provocado por una forma grave de conjuntivitis viral, como por ejemplo la causada por los virus de la culebrilla o de la varicela.

  • Si estás tratándote con antibióticos y no comienzas a mejorar después de 24 horas del tratamiento.

  • Aquella conjuntivitis que se presenta en pacientes con VIH, que se estén sometiendo a un tratamiento de cáncer u a otros tratamientos por otras afecciones.

Si quieres seguir al tanto de todas las novedades del sector, así como de todas las enfermedades y consejos sobre el cuidado de los ojos no te pierdas nuestros posts.

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

4. Shoja, MR. Besharati, MR. Dry eye after LASIK for myopia: Incidence and risk factors. European Journal of Ophthalmology. 2007; 17(1): pp. 1-6.

5a. Lee, Jae Bum et al. Comparison of tear secretion and tear film instability after photorefractive keratectomy and laser in situ keratomileusis. Journal of Cataract & Refractive Surgery , Volume 26 , Issue 9 , 1326 - 1331.

5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council