Daltonismo o discromatopsia: Tipos y tratamientos

Luis Villalba Pinto 1

Daltonismo o discromatopsia: Tipos y tratamientos

Autor: Dr. Luis Villalba Pinto, Clínicas Vistaláser

El ojo del ser humano es capaz de percibir cerca de 8.000 colores en un único nivel de luminancia, en cambio, en todos los niveles podría alcanzar entre los 8-10 millones de matices.

En la retina se encuentran tres tipos de receptores (conos) que perciben los colores: el rojo, el verde y el azul.

Las alteraciones de la visión del color son aquellas que difieren de las igualaciones de color en observadores normales y provocan confusiones cromáticas.

Desde el siglo XVIII hasta la actualidad se han estudiado y clasificado estas alteraciones, pero fue J. Dalton quién, justificando su deficiencia al color rojo-verde, ha dejado como legado que hoy se conozca como daltónico a cualquier sujeto que presente anomalías al color.

CLASIFICACIÓN

Se clasifican en: Congénito y adquirido.

La deficiencia congénita de los colores obedece a anomalías de los fotopigmentos de los conos, suelen ser estables a lo largo de la vida y no están relacionados con otras patologías oculares. Presentan alteraciones en el cromosoma X de carácter recesivo, por ello para que una mujer presente una anomalía al color es necesario que los dos cromosomas X posean el mismo gen que aporta la anomalía, en cambio, el hombre con solo poseer el cromosoma X que contenga esta anomalía manifestará la deficiencia al color. Es por ello la diferencia en el porcentaje de prevalencia de la deficiencia al color rojo-verde entre hombres y mujeres (8% en hombres y 0,5% en mujeres).

Normalmente este tipo de alteración es causada por la ausencia o fallo en los fotopigmentos, pudiendo ir desde la alteración en uno de los fotopigmentos y encontrarse normales los otros dos, llamándose tricrómata anómalo, la presencia de dos fotopigmentos y la ausencia del tercero, llamándose dicrómata, y por último monocrómata que se trata de aquellos sujetos que solo poseen un fotopigmento.

La ausencia total de la percepción de los colores se llama acromatopsia, y se debe a la falta de conos en la retina.

La deficiencia adquirida puede afectar indistintamente a hombres y mujeres y suelen ser monoculares, las más habituales son las que corresponden a la alteración de la percepción de los colores azul y amarillo y afectan habitualmente a ancianos, pueden deberse a patologías como cataratas, DMAE, glaucoma, o incluso a hábitos como el tabaco y/o el alcohol.

Los términos que se aplican son los prefijos protán ( rojo), deután (verde) y tritán (amarillo), que acompañados de los sufijos “omalía” y “opia” indicará la presencia de tricromatismo anómalo y dicromatismo respectivamente.

EVALUACIÓN DE LA VISIÓN DEL COLOR

Las pruebas clínicas de la visión cromática representan versiones simplificadas de los métodos psicofísicos basados en estímulos espectrales. El propósito de la evaluación de la visión del color es, detectar anormalidades en la percepción de los colores, su discriminación y detectar posibles patologías.

Estas pruebas se pueden definir en tres categorías, Pruebas de detección o screening (Test de Ishihara), Pruebas de discriminación (Farnsworth Munsell) y Pruebas de visión cromática o anomaloscopios (Anomaloscopio de Nagel).

TRATAMIENTO

No existe un tratamiento quirúrgico que devuelva una visión tricómata.

Tanto los filtros como las lentes de contacto tintadas tienen una efectividad limitada, pueden ser útiles para realizar actividades concretas.

También existen programas informáticos que ayudan a la visualización de los colores.

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

4. Shoja, MR. Besharati, MR. Dry eye after LASIK for myopia: Incidence and risk factors. European Journal of Ophthalmology. 2007; 17(1): pp. 1-6.

5a. Lee, Jae Bum et al. Comparison of tear secretion and tear film instability after photorefractive keratectomy and laser in situ keratomileusis. Journal of Cataract & Refractive Surgery , Volume 26 , Issue 9 , 1326 - 1331.

5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council