Cómo evitar el desprendimiento de retina: síntomas y tratamientos

Desprendimiento de retina

Todos en alguna ocasión hemos escuchado hablar de los desprendimientos de retina, ya sea en televisión , en alguna revista o periódico, en algún blog de salud o por algún conocido pero, ¿sabemos realmente lo que es un desprendimiento de retina?

¿Qué es?

La retina es la capa más interna de la mitad posterior del ojo. Se encarga de recibir la luz y enviar las imágenes al cerebro para que éstas sean procesadas.

Se llama desprendimiento de retina a la separación de esta capa de su posición anatómica de soporte; se origina por la separación de la retina neurosensorial (capa interna de la retina) de la capa contigua, llamada coroides.

Cuando estas dos capas se separan, se crean un espacio virtual que comienza a acumularse de líquido.

El desprendimiento de retina es una emergencia médica que puede suceder a cualquier edad y sin ningún antecedente de enfermedad, por ello es de vital importancia realizarse revisiones periódicas.

Según estudios, los desprendimientos de retina pueden afectar a una de cada 10.000 personas al año.

Factores de riesgo

Suele ocurrir en personas de media a tercera edad, afectando más a hombres que a mujeres y a blancos más que a afroamericanos.

Presentan más riesgos de padecerla aquellas personas que tienen miopía, antecedentes familiares o desprendimientos de retina previos.

Una de las principales causas de los desprendimientos de retina es la

existencia de uno o varios desgarros en la retina, que también puede suceder por un traumatismo ocular o tras una intervención quirúrgica como es una cirugía de cataratas.

Otras causas podrían ser los tumores en la coroides, agujeros maculares miópicos (personas con altas miopías), retinopatía diabética o inflamaciones oculares graves.

¿Qué síntomas producen los desprendimientos de retina?

En nuestras consultas oftalmológicas, las manchas flotantes y los destellos luminosos son bastante comunes y frecuentes, pero no siempre son indicadores de que haya un desgarro o desprendimiento de retina.

Sin embargo, son motivo suficiente para ir inmediatamente al oftalmólogo y descartar cualquier afectación ocular grave.

Los síntomas del desprendimiento de retina son :

1. Aumento repentino en el tamaño o número de las manchas flotantes,

pequeñas manchas grisáceas o oscuras, llamadas miodesopsias.

2. Aparición súbita de destellos luminosos, como relámpagos de luz, llamados fotopsias.

3. Aparición de una cortina gris o un telón negro en forma de velo que afecta a nuestro campo visual.

4. Disminución repentina de agudeza visual.

Diagnóstico del desprendimiento de retina

Ante cualquier síntoma descrito, deberá acudir a su médico oftalmólogo para realizar una exploración ocular completa y cuidadosa que incluya :

- Agudeza Visual

- Dilatación Pupilar

- Examinar la retina en profundidad

- Realizar una ecografía ocular si fuera necesario.

Algunos desgarros o desprendimientos de retina son diagnosticados durante una exploración ocular rutinaria. Por eso es recomendable acudir anualmente a su especialista.

Tratamiento del desprendimiento de retina

La mayoría de las personas con desprendimiento de retina necesitan ser tratados inmediatamente o dentro de un corto periodo de tiempo después del diagnóstico.

Los tratamientos buscan fijar la retina de nuevo a su posición original creando una cicatriz que selle aquella zona que se desprendió. Con ello evitamos el paso de fluido a través del desgarro, impidiendo que la retina vuelva a desprenderse.

Existen varios tipos de tratamientos :

• Fotocoagulación con láser: se crean quemaduras terapeúticas en una zona desprendida de la retina. Estás zonas con láser acaban cicatrizando y sellan de esta forma la retina, haciendo posible que el humor vítreo no pase por debajo de la retina y el desprendimiento se revierta.

• Vitrectomía: es una intervención quirúrgica donde, el humor vítreo, el cual tira de la retina, es sustituido generalmente por una burbuja de gas, líquido, aire o aceite de silicona para ayudar a mantener la retina en su lugar.

• Crioterapia: Con una criosonda se congela la parte que rodea la zona desgarrada formando así una cicatrización protectora, parecida a la técnica de fotocoagulación con láser.

• Retinopexia neumática: esta técnica consiste en la introducción de una

burbuja de gas en el ojo, creando así una presión sobre la zona desprendida de la retina, ayudando a la cicatrización y eludiendo la extensión de ésta.

• Cierre esclerótico o anillo escleral: es un proceso quirúrgico donde se sitúa un anillo o una banda rodeando la parte externa de la pared del ojo, la esclera, creando así una presión externa sobre el globo ocular que no permite la propagación del desprendimiento de retina.

Dependiendo del tipo de desprendimiento retina y el tratamiento quirúrgico escogido, su oftalmólogo le pedirá mantener la cabeza en una determinada postura durante el postoperatorio, para facilitar la reposición de su retina correctamente.

El especialista determinará el tiempo de reposo absoluto, ya que practicar actividades deportivas o levantar objetos pesados debe limitarse para garantizar el éxito de la intervención quirúrgica.

Pronóstico

El pronóstico después de un desprendimiento de retina depende de la localización y la magnitud del desprendimiento, al igual que del tratamiento oportuno. El pronóstico visual puede ser excelente si la mácula no sufrió ningún daño.

En ocasiones, la reparación quirúrgica exitosa de la retina no asegura una recuperación de la agudeza visual por completo.

Paloma Martínez de Carneros


Dra. Paloma Martínez de Carneros

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

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*American Refractive Surgery Council