Estrabismo divergente y convergente: cómo corregirlos

Estrabismo divergente

Estrabismo divergente

Consiste en que cuando uno de los dos ojos se dirige hacia un objeto (ojo fijador), el otro se encuentra desviado “hacia fuera” (ojo no fijador).

Puede ser intermitente o continuo y se debe corregir, ya que cuando es continuo provoca ojo vago (amblíope).

Se divide en dos tipos principales; el intermitente y el continuo.

-El estrabismo divergente intermitente rara vez provoca ojo vago y suele producirse por insuficiencia de convergencia, se corrige con terapia visual, (ejercicios que estimulen la convergencia); oclusión con parche y en algunos casos inyectando toxina botulínica u operando los músculos extraoculares.

-El estrabismo divergente contínuo suele ser provocado por deprivación sensorial, esto es; uno de los dos ojos “no vé” bien por algún motivo tal como miopía alta, astigmatismo alto, catarata, ptosis (párpado caído que tapa la pupila), cicatriz en la córnea o alguna enfermedad retiniana.

En estos casos sí que se produce ojo vago y debe ser corregido.

El tratamiento del estrabismo divergente continuo en primer término consiste en eliminar la causa que provoca que el ojo “no vea”, operando la catarata, corrigiendo la miopía, bien sea con gafas o con lente intraocular (según la edad del paciente), eliminando las cicatrices de la córnea u operando el párpado caído (ptósico).

A continuación suele ser necesario intervenir los músculos extraoculares para alinear el ojo con respecto al otro.

Estrabismo convergente

Suele ser más típico de la infancia temprana que de la edad adulta, ya que está relacionado con la hipermetropía (defecto de refracción predominante en los niños).

Se detecta porque uno de los dos ojos está dirigido “hacia dentro”. Antes de nada es importante aclarar que muchos bebés y niños menores de dos años pueden tener Pseudoestrabismo, esto es; sus ojos en realidad están derechos pero simulan estar “torcidos” pero esto se debe a un efecto óptico provocado por el aspecto de bebé de la cara, (puente nasal ancho que provoca esta apariencia).

Al no ser estrabismo verdadero, no requiere tratamiento alguno, y deja de ser patente a medida que el niño crece.

El estrabismo convergente verdadero se divide en:

  1. Estrabismo convergente infantil (esencial): se suele manifestar a los 6 meses de edad, suele tener ligera hipermetropía y antecedentes familiares del mismo tipo. Se corrige con gafa (en algún caso parche) y cuando la visión es igual en los dos ojos, si el desvío permanece, se suele operar.
  2. Estrabismo convergente acomodativo: El más común es el refractivo; se debe a alta hipermetropía que aún no ha sido corregida con gafas, se debe prescribir gafa con toda la corrección medida con las pupilas dilatadas para conseguir mayor exactitud. Otros tipos dentro del estrabismo convergente acomodativo son: el no refractivo y el descompensado. en estos casos sí que se suele producir ojo vago y hay que tratarlos con gafas (en algún caso Bifocales “tipo ejecutivo”), terapia visual y casi siempre recurrir a la cirugía de los músculos extraoculares.
  3. Estrabismo convergente por deprivación sensorial: Al igual que el estrabismo divergente, se produce por algún motivo que no le permite “ver” al ojo (opacidad en la córnea, catarata, cicatrices en la retina, inflamación crónica e incluso algún tumor). Es primordial eliminar la causa que provoca que ese ojo “no vea” y a continuación, prescribir gafa, (operar con lente intraocular si el paciente tiene edad suficiente) y seguidamente cirugía de los músculos extra oculares para alinear los dos ojos.
  4. Estrabismo convergente por Insuficiencia de divergencia: los ojos no consiguen estar alineados en la visión lejana. Este caso suele ser susceptible de terapia visual.

Tanto en los estrabismos divergentes como en los convergentes es muy importante tener claro que sólo se van a operar para dejar los ojos “derechos” una vez que se ha conseguido que el ojo que “ve menos, el estrábico” consiga ver igual que el otro.

Para conseguir esto, los padres del paciente y el Oftalmólogo, así como los optometristas deben ser muy constantes con el tratamiento, bien sea en forma de Oclusión (parche en el ojo), penalización (Filtro sobre el cristal de la gafa), o mediante terapia visual.

Iván Basanta Calderón


Dr. Iván Basanta Calderón

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

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5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council