Heterocromía, un ojo de cada color

Heterocromia

Normalmente nacemos con los ojos del mismo color, pero de forma poco frecuente podemos nacer con los ojos de diferente color, a lo que denominamos heterocromía de iris. Esta anomalía es causada por exceso o falta de melanina y puede llegar a afectar a la piel o el cabello, pero lo más frecuente es que solo produzca afectación ocular. Los ojos pueden ser de colores distintos (heterocromía total), o tener dos tonalidades distintas dentro del iris de un mismo ojo (heterocromía parcial).

El color del ojo está determinado por la herencia genética. En los bebés inicialmente suele ser grisáceo o azulado y se estabiliza el tono definitivo en torno a los 6 a 10 meses de vida. Dicha anomalía se distingue con facilidad en ojos verdes, pero en ojos azules o marrones puede ser más difícil de detectar. El ojo afectado puede estar menos pigmentado y verse más claro respecto al otro ojo (heterocromía hipocrómica) o bien más oscuro (hipercrómica).

Dicha anomalía puede ser congénita idiopática (desde el nacimiento sin una causa conocida) o podemos adquirirla de forma gradual durante la vida. En los casos congénitos, sin otra afectación ocular o general asociada, no progresa y no implica ninguna alteración de la visión. En el síndrome de Horner congénito el ojo más claro asocia el párpado más cerrado, la pupila más pequeña y el ojo más hundido, afectando la estética pero conservando una función visual normal.

Causas

Dentro de las causas adquiridas de heterocromía de iris encontramos:

  • Iridociclitis heterocrómica de Fuchs, una inflamación en la parte anterior del ojo que causa con frecuencia heterocromía de iris. Suele aparecer entre los 30 a 40 años de edad, tanto en hombres como en mujeres. Suele afectar un solo ojo en forma de moscas volantes, visión borrosa gradual y cambio progresivo de color del ojo. Esta enfermedad se detecta de forma casual hasta que no da síntomas.

  • Síndrome de Horner adquirido (asocia párpado cerrado y pupila pequeña)

  • Uso crónico de colirios en un solo ojo del grupo de las prostaglandinas. Se indican para controlar la presión intraocular en el glaucoma y suelen oscurecer el color del ojo, especialmente los ojos claros, por ejemplo latanoprost (Xalatan), travoprost, bimatoprost).

  • Nevus oculares difusos (similares a un lunar en la piel)

  • Melanomas de iris (tumores malignos)

  • Melanocitosis Oculodérmica o Nevus de Ota: Exceso de pigmentación tanto en el iris como en la esclera (parte blanca del ojo) y en la piel de los párpados que precisa controles oftalmológicos por riesgo de malignizar.

  • Siderosis ocular: depósitos de hierro en el iris secundarios a la retención de cuerpos extraños de hierro en el ojo, traumatismos, hemorragias.

  • Otras enfermedades hereditarias que pueden asociar malformaciones en vasos sanguíneos del cerebro y problemas neurológicos (Síndrome de Sturge Weber).

-Neurofibromatosis: Asocia tumores que crecen en los nervios, cambios en la piel y deformidades en los huesos.

-Síndrome de Waardenburg: Asocia sordera congénita, pigmentación de los ojos, cabello y piel.

En caso de detectar un cambio de color en un ojo, tanto en niños como en adultos, debe consultar al médico oftalmólogo para realizar una exploración completa. De esta manera podremos valorar si existe o no heterocromía de iris y detectar si el cambio de color del ojo se presenta de forma aislada o bien secundario a otra enfermedad.

Saskia Sánchez

Dra. Saskia Sánchez

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

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5a. Lee, Jae Bum et al. Comparison of tear secretion and tear film instability after photorefractive keratectomy and laser in situ keratomileusis. Journal of Cataract & Refractive Surgery , Volume 26 , Issue 9 , 1326 - 1331.

5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council