ICL y ojo seco

Javier Rodriguez

ICL y ojo seco


Autor: Dr. Javier Rodríguez, Director Médico, Clínica Nivaria, Santa Cruz de Tenerife

En la práctica clínica de los especialistas en oftalmología es frecuente que nos encontremos con pacientes que presentan ojo seco moderado e incluso severo y que nos demandan opciones quirúrgicas para eliminar su dependencia de gafas o lentillas.

Lo primero que tenemos que saber es que la presencia de ojo seco depende de muchos factores como la predisposición genética, los malos hábitos (falta de hidratación), el ambiente perjudicial (aire acondicionado...) y otros factores como el uso crónico de colirios (astringentes, antiinflamatorios, anti glaucomatosos...) y el uso crónico y abusivo de lentes de contacto.

En estos pacientes es necesario siempre por medio de un médico oftalmólogo diagnosticar y tratar la enfermedad de ojo seco antes de valorar la cirugía refractiva. La técnica LASIK con láser excímero sabemos que puede agravar un ojo seco preexistente hasta que se lleve a cabo la reparación completa del arco reflejo interrumpido por la realización del flap corneal necesario para la cirugía. En la técnica PRK con láser excímero esa reparación es más rápida y la sequedad postquirúrgica menor, pero tiene más contraindicaciones en cuanto a edad y cantidad de defecto a corregir.

El implante de lente intraocular fáquica (respetando el cristalino) como la lente ICL se realiza generalmente por el lado externo periférico de la córnea (lado más cercano al hueso temporal) y mediante una incisión que ronda los 3 milímetros, lo que altera muy poco el arco reflejo y la inervación que influye en la sequedad postquirúrgica, por lo que es una opción muy válida en estos casos.

En conclusión, hay que recordar que la enfermedad de ojo seco cada día es más frecuente y hay que tenerla en cuenta en aquellos pacientes que desean someterse a una cirugía refractiva, siendo la lente CL una buena opción para estos casos.

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

4. Shoja, MR. Besharati, MR. Dry eye after LASIK for myopia: Incidence and risk factors. European Journal of Ophthalmology. 2007; 17(1): pp. 1-6.

5a. Lee, Jae Bum et al. Comparison of tear secretion and tear film instability after photorefractive keratectomy and laser in situ keratomileusis. Journal of Cataract & Refractive Surgery , Volume 26 , Issue 9 , 1326 - 1331.

5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council