La calidad de visión con las Lentes ICL

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Autor: Dr. Ernesto Alonso

Clínic: Insadof

Calidad visual con lentes ICL

Cuando un paciente candidato a cirugía refractiva busca una calidad visual máxima, debería considerar la opción de un implante ICL. La lente ICL (lente implantable de colámero) se sitúa en el espacio virtual existente entre el iris y el cristalino y proporciona una calidad visual óptima si se compara con las demás técnicas de cirugía refractiva disponibles.

¿Cómo corrigen la visión? ¿Cómo funcionan?

Las lentes ICL actúan como una lente de contacto; son lentillas, pero van introducidas en el globo ocular. Por lo que no producen ningún tipo de roce o sintomatología. Pero la lente ICL no contacta con el cristalino, sino que va apoyada en la pared del globo ocular a través de sus zonas de apoyo o hápticos. El colámero es un material muy flexible, estable, y biocompatible, por lo que la lente ICL se comporta de forma ‘silente’ en el interior del ojo. Las características físicas del colámero proporcionan una excelente calidad visual con un bajo índice de disfotopsias y aberraciones ópticas.

¿Como va a ver el paciente después de la intervención?

Las lentes ICL proporcionan una excelente calidad visual.

Una vez intervenido el paciente, hay un breve periodo en la cual los ojos están algo molestos, pero en cuestión de minutos u horas la situación mejora rápidamente. Es característica la rapidez de recuperación visual y la calidad de la misma con las lentes ICL, en comparación con otras cirugías refractivas. De hecho, ICL es la técnica que mayor satisfacción alcanza en los pacientes: con índices superiores al 99 %. Al día siguiente de la intervención, la visión es muy satisfactoria y va acompañada de una gran sonrisa casi invariablemente.

¿Cómo es la calidad visual en comparación con utilizar gafas o lentillas?

La calidad óptica en un miope disminuye según aumenta el número de dioptrías, debido a la mayor aberración producida por los cristales y el hecho de que la imagen se minimiza al utilizar lentes negativas (miopía).

Esta minimización de la imagen será mayor cuanto más alejada esté la lente de la retina. Por lo tanto, la minimización de la imagen es mayor con gafas que con lente de contacto. Y del mismo modo, es mayor con lentes de contacto que con una lente ICL; ya que la lente ICL está más cercana a la retina que la lente de contacto corneal. El paciente experimenta por tanto una mejora cualitativa y cuantitativa de su visión al intervenirse mediante implante de ICL.

¿Cómo es la calidad visual tras el procedimiento ICL en comparación con el procedimiento LASIK?

En el LASIK y en otras técnicas de cirugía corneal con láser excimer, se corrige la miopía al producirse un aplanamiento de la cara anterior de la córnea, lo cual produce una reducción del número de dioptrías, que es proporcional a la cantidad de tejido corneal retirado.Se está alterando, por lo tanto, la curvatura original de la córnea. Y esto trae como consecuencia un aumento de las aberraciones ópticas y una disminución de la calidad visual y de la sensibilidad al contraste.

Cuando implantamos una lente ICL no alteramos la córnea, con lo cual evitamos la aparición de estas aberraciones ópticas. Por otro lado, el área óptica tratada con el LASIK será menor cuanto mayor sea el número de dioptrías. La lente ICL, al estar más cerca de la retina, tiene una zona óptica efectiva superior a la que obtenemos con LASIK en la gran mayoría de los casos.

En términos generales la calidad y cantidad de visión suele ser superior con las lentes ICL frente a otros procesos de cirugía corneal como el LASIK. Esto está ampliamente demostrado en tests de laboratorio, donde se objetiva que esta diferencia será mayor cuanto mayor sea el número de dioptrías tratadas.

¿Cómo es la calidad de visión nocturna con las lentes ICL?

Por la misma razón antes expuesta, la calidad de visión nocturna es mayor en pacientes con lentes ICL que en pacientes tratados con cualquier otro tipo de cirugía corneal. Cuando bajan las condiciones de luz ambiental, se dilata la pupila para permitir una mayor entrada de luz a la retina. Y es aquí cuando la zona óptica efectiva tiene su importancia. Cuanto mayor sea esta zona óptica, mejor será la visión nocturna y menores las aberraciones causadas por la dilatación pupilar.

En definitiva, si la calidad visual óptima es prioritaria para un paciente, este deberá plantearse la opción de cirugía con implante de lentes ICL, sea cual sea su rango dióptrico.


Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

4. Shoja, MR. Besharati, MR. Dry eye after LASIK for myopia: Incidence and risk factors. European Journal of Ophthalmology. 2007; 17(1): pp. 1-6.

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5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council