Midriasis O Dilatación Pupilar

Dra Lucía Cabrillo Estévez

Autor: Dra Lucía Cabrillo Estévez


Midriasis O Dilatación Pupilar

Causas

La pupila es el orificio central del iris que, actuando como un diafragma, regula la entrada de luz en la cámara posterior del ojo.

La midriasis o dilatación pupilar se produce por la contracción del músculo dilatador del iris, inervado por el sistema nervioso simpático.

Esta dilatación puede ser desencadenada por distintas causas:

Luminosidad ambiental:

En función de la luz ambiental, las fibras musculares del iris mantienen una autorregulación del diámetro pupilar que nos permite adaptarnos a las condiciones lumínicas que nos rodean.

En condiciones de alta luminosidad se activa la visión fotópica y la pupila se contrae. Y en condiciones de baja luminosidad la pupila se dilata.

Al entrar en una habitación oscura, es normal que al principio no veamos nada. Poco a poco, la dilatación pupilar permitirá que entre más cantidad de luz en el ojo mejorando nuestra visión.

Por la mañana al despertarnos, es normal que las pupilas estén dilatadas y poco a poco se adapten a la luz de la habitación donde nos encontremos.

Estímulos emocionales:

La oxitocina es una hormona que actúa también como un neurotransmisor activando el sistema nervioso vegetativo. Llamada “hormona del amor”, está implicada en las relaciones afectivas, en el amor, en el parto y lactancia, teniendo un papel vital en la salud y el bienestar. Debido a la liberación de oxitocina en nuestro organismo, nuestras pupilas se dilatan cuando algo o alguien genera en nosotros buenos sentimientos.

Cuando nuestro cerebro percibe un peligro, miedo o amenaza, nuestro cuerpo se pone en “situación de alerta”. El sistema nervioso simpático se activa, desencadenando también la dilatación pupilar. Alguna vez habremos leído la frase…: “Se ve el miedo en sus ojos”.

Enfermedades:

Tanto la contracción (miosis) como la dilatación pupilar requieren la integridad de pupila, retina, nervio óptico y áreas cerebrales de la visión.

Por lo tanto, las enfermedades que afecten a cualquier estructura de este circuito pueden alterar la dinámica pupilar.

Enfermedades neuronales:

Un tumor cerebral, edema cerebral, traumatismos craneoencefálicos, shock hipovolémico, o accidentes cerebrovasculares pueden generar reacciones pupilares anómalas, e incluso asimétricas con diferente respuesta en un ojo y otro.

Una midriasis arreactiva simétrica traduce un daño cerebral grave. Las dos pupilas se dilatan y no reaccionan al estímulo luminoso.

Lesión del nervio trigémino:

Cuando hay lesión a nivel de este nervio, la pupila queda dilatada permanentemente.

Enfermedades oftalmológicas:

Traumatismos oculares que generan atrofias o desgarros iridianos, la isquemia de iris, el glaucoma…puede provocar una dilatación pupilar.

Episodio de midriasis unilateral benigna:

Generado por un desbalance entre el sistema nervioso simpático y parasimpático. Existen casos documentados en relación con episodios de migrañas, pero también en pacientes sin ninguna otra sintomatología acompañante.

Agentes químicos y drogas:

En una revisión oftalmológica, se instilan colirios que provocan la dilatación pupilar para permitir la exploración del fondo de ojo. Son los llamados “colirios midriáticos”, como la atropina y la tropicamida.

En otras ocasiones, utilizamos estos colirios de manera terapéutica, como en una uveítis, el colirio cicloplégico mantiene una dilatación pupilar que evita la adaptación continua del iris a la luz, disminuyendo así el dolor.

A nivel sistémico, el alcohol y drogas como la cocaína, marihuana o anfetaminas estimulan el sistema nervioso simpático, con la consecuente dilatación pupilar. Los opiáceos, al contrario, desencadenan una miosis.

Los ojos son la zona más expresiva de nuestro rostro. Como hemos visto, tanto nuestros ojos como pupilas, hablan mucho sobre nosotros:

¨PUPILAS QUE SE DILATAN,

QUE DELEITAN, QUE DELATAN…”


Dra. Lucía Cabrillo Estévez

Clínica INSADOF



Bibliografía:

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Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

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*American Refractive Surgery Council