Queratocono: qué es y cómo frenar su evolución

Queratocono

¿Qué es el Queratocono?

Es una enfermedad de la córnea que suele aparecer entre la adolescencia y la tercera década de la vida. Consiste en que progresivamente la córnea se adelgaza, se debilita y se deforma. Esto provoca un elevado astigmatismo irregular y, como consecuencia, una mala visión. El astigmatismo irregular aumenta a medida que progresa la enfermedad y no se puede corregir bien con gafas o lentillas tradicionales. Si un paciente se queja de no ver bien a pesar de llevar gafas o lentillas, o necesita cambios frecuentes de graduación del astigmatismo, debe hacernos sospechar que tiene queratocono. Y más si se frota continuamente los ojos, como por ejemplo por una alergia ocular.

¿Se puede prevenir o frenar?

No se puede prevenir, pero sí hay tratamientos para frenarlo. La detección precoz es básica para evitar los casos muy avanzados, que requieren trasplante de córnea.

Existen formas leves de queratocono que no producen alteraciones visuales evidentes, pero que es importante diagnosticar y tener en cuenta antes de realizar una cirugía ocular.

Además, se recomienda que los familiares de los pacientes con esta patología sigan revisiones con su oftalmólogo; ya que a pesar de que no noten problemas visuales podrían ser portadores de la enfermedad.

Es importante evitar el frotamiento ocular, especialmente en casos de alergias oculares.

¿Cómo se diagnostica?

Es necesario realizar pruebas diagnósticas especiales para detectar un queratocono. Los casos más avanzados pueden ser detectados como una graduación elevada en el astigmatismo, una exploración oftalmológica básica, y una topografía de la cara anterior corneal.

Sin embargo, para realizar un diagnóstico precoz, se requieren pruebas especiales como la topografía de la cara posterior corneal, mediciones del espesor corneal en toda su extensión, pruebas de biomecánica corneal o un mapa epitelial corneal.

Tratamiento

Existen diferentes opciones de tratamiento según el estadío de la enfermedad.

- En los casos más leves se puede conseguir una buena visión con gafas. Cuando no se consigue una buena agudeza visual con gafas, se intenta la corrección con lentes de contacto semirrígidas o híbridas, y también existen lentes de contacto especiales para esta enfermedad. Su adaptación debe ser realizada siempre por expertos.

- En algunos casos, puede ser necesario recurrir al tratamiento quirúrgico, como los Anillos intracorneales o el crosslinking corneal. Estos dos tratamientos detienen el avance del queratocono y en algunos casos reducen el astigmatismo corneal, mejorando la calidad de visión. Con estos tratamientos buscamos evitar llegar al trasplante de córnea (TAMBIÉN CONOCIDO COMO Queratoplastia), tratamiento al que hay que recurrir en los casos más graves.

Crosslinking corneal

Es un procedimiento que ha demostrado frenar la evolución del queratocono en más del 90% de los pacientes. Consiste en aplicar sobre la córnea unas gotas de riboflavina (vitamina fotosensibilizadora) y después aplicar una radiación ultravioleta de baja potencia, con el fin de fortalecer el colágeno de la córnea.

Con este tratamiento buscamos frenar el avance de esta patología. Está indicado en los casos que demuestran una degeneración progresiva pero todavía mantienen una buena agudeza visual.

Implantes de anillos intracorneales

Son implantes semicirculares de material acrílico y tienen un efecto mecánico. Actúan aplanando la córnea central. A menudo detienen también el avance del queratocono. A la hora de implantarlos, es necesario crear un canal dentro de la córnea. En Clínica Villoria usamos un láser de femtosegundo para crear este canal. Con este método ganamos seguridad y precisión a la hora de implantar los anillos.

Queratoplastia o trasplante de córnea

En los casos más avanzados es necesario recurrir al trasplante de córnea. En la actualidad existen técnicas de trasplante lamelar que permiten trasplantar de forma selectiva las capas de la córnea dañadas por el queratocono (capas más superficiales de la córnea), y conservar el tejido sano (endotelio). Esto permite mejorar el pronóstico visual de los pacientes y aumenta la seguridad de la técnica.

Carmen Villoria

Dra. Carmen Villoria

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

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*American Refractive Surgery Council