Dacriocistitis, ¿por qué se produce?

Dacriocistitis

En el post de hoy te vamos a hablar de otra enfermedad leve que se produce en el ojo, la dacriocistitis, que no es más que una inflamación del saco lagrimal. Si quieres seguir conociendo más sobre esta enfermedad frecuente sigue leyendo, te contaremos más sobre sus síntomas y tratamiento.

¿Qué es la dacriocistitis?

Como te hemos explicado antes de forma breve, la dacriocistitis es la afección producida por la inflamación del saco lagrimal, y en la mayoría de los casos tiene su origen en la vía lagrimal. Cuando en el saco lagrimal se produce una obstrucción provoca una acumulación de lágrima que se inflama por el sobrecimiento de bacterias, las cuales producen una infección.

Suele afectar más a mujeres entre 40 y 50 años, y a las lactantes. El 50% de las veces que se repite esta enfermedad suele evolucionar en una dacriocistitis aguda, que es la obstrucción crónica del conducto nasolagrimal.

Causas y síntomas

El aparato lagrimal es propenso a sufrir infecciones por estar siempre en contacto con la superficie de la conjuntiva y con la mucosa nasal, que suele tener muchas bacterias. El sistema excretor lagrimal es el encargado de drenar las lágrimas que humedecen el ojo. Cuando este se obstruye se produce un estancamiento de las lágrimas que es lo que produce la infección.

Como te hemos comentado anteriormente la causa principal de la dacriocistitis es la obstrucción del conducto nasolagrimal que crea una infección bacteriana, pero ¿por qué otros motivos se puede producir esta obstrucción aparte de por una infección?

  • Traumatismos nasales

  • Desviaciones del tabique

  • Rinitis hipertrófica

  • Pólipos nasales

  • Hipertrofia del cornete inferior

  • Dacrioestenosis congénita residual

A continuación podrás enterarte de los principales síntomas de esta enfermedad:

  • Eritema: enrojecimiento de la piel debido a una inflamación en la zona del saco lagrimal

  • Epífora: lagrimeo constante

  • Secreción mucosa del ojo

  • Enrojecimiento de los ojos

  • Dolor

  • Hinchazón en el ángulo interno del ojo y en la parte interna del párpado inferior con acumulación de líquido, edema.

  • Conjuntivitis

  • Anomalías palpebrales, como la blefaritis, inflamación en los párpados. Esta dolencia la podrás encontrar mejor explicada, ¡aquí!

  • Fiebre

  • Aumento de los glóbulos blancos en la sangre, leucocitosis

Podemos encontrar varios tipos de dacriocistitis en función de las veces que se produzca, si quieres conocerlos sigue leyendo.

¿Cuántos tipos existen?

  • Dacriocistitis aguda: una inflamación muy grande y que produce un gran dolor. Es fundamental un diagnóstico y tratamiento precoz para evitar complicaciones mayores. Se caracteriza porque se desarrolla una protuberancia entre el ángulo interno del ojo y la nariz que se notará en pocas horas. También puede producir secreciones, infecciones de la zona que rodea el lagrimal, como pueden ser los párpados, y en otras ocasiones puede aparecer incluso una acumulación de pus.

  • Dacriocistitis crónica: lagrimeo constante en los ojos y enrojecimiento de los mismos producido por una colonización crónica de gérmenes que van a producir una reacción inflamatoria. Los síntomas que aparecen son menores: destaca una sensación de pesadez en la zona del saco, secreción mucosa y dolor.

  • Dacriocistitis en bebés: la apertura de los canales nasolagrimales se produce durante el primer mes de vida. Cuando esto no ocurre (suele ser aproximadamente un 5% de las veces), se produce el desarrollo de la dacriocistitis . Puede adquirirse al nacer o puede ser transmitida por la madre de forma posterior con la lactancia, pero no es muy frecuente. Sin embargo, sí es común que esta molestia aparezca en las mujeres lactantes.

Cuando se obstruye el conducto lacrimonasal de forma crónica se produce un cúmulo de líquido en el interior del saco lagrimal, que denominamos dacriocele. Por eso, se puede realizar otra clasificación en función del contenido del quiste:

  • Dacrioserocele: contenido seroso

  • Dacriomucocele: contenido mucoso

  • Dacriopiocele: contenido purulento

Se puede diagnosticar desde varias vías, la más común es la dacriocistografía, a través de sustracción digital. El diagnóstico precoz de la enfermedad es fundamental para poner en marcha su tratamiento. ¿Cómo se cura esta enfermedad? Te damos algunos consejos para superarla.

Tratamiento

Para evitar ésta y cualquier enfermedad es importante acudir al oftalmólogo ante los primeros síntomas de cualquier tipo de infección ocular, ya que es fundamental tener un diagnóstico temprano y poder empezar enseguida con el tratamiento para evitar complicaciones mayores.

Para curar esta afección te recomendamos seguir los siguientes métodos:

  • Ponte en la zona afectada compresas o gasas templadas durante varios minutos. Es muy importante que utilices una nueva cada vez que las vayas a aplicar en el ojo.

  • Acude a tu oftalmólogo para que te recete antibióticos. Suele utilizarse Cefalexina (casos leves) y Cefazolina (casos más graves). El médico determinará qué antibiótico es el más adecuado según el grado de la dacriocistitis.

  • En algunos casos será necesario hacer una pequeña incisión para drenar si se ha formado un absceso.

En el caso de la dacriocistitis crónica se debe tratar a través de una dilatación del conducto nasolagrimal con una sonda. Otros de los tratamientos quirúrgicos que pueden llevarse a cabo son: la dacriocistorrinostomía (sirve para crear un nuevo conducto de drenaje entre el saco lagrimal y la nariz) y la dacriocistectomía (extirpación o ablación del saco lagrimal).

¿En qué casos será necesario realizar una operación quirúrgica?

  • Presencia de varios episodios al año con requerimiento de antibiótico.

  • Presencia de dacrioceles, cúmulo de líquido en el interior del saco lagrimal de forma crónica.

  • Cuando la inflamación no mejore con el tratamiento médico.

  • En caso de que la enfermedad influya negativamente en la calidad de vida o en el trabajo de la persona.

En algunas ocasiones se cometen algunos errores comunes con esta enfermedad como es confundirla con un orzuelo o chalazión, de los que ya os hemos hablado en otros artículos. Otro de los grandes errores es automedicarse o tomarse una medicación no adecuada para el grado de la enfermedad, por eso es fundamental recurrir a un oftalmólogo que te ofrezca una solución segura.

Sigue leyendo nuestros artículos para conocer todo sobre la salud ocular. Desde ICL nos preocupamos por tu mirada. Contacta con nosotros en caso de tener alguna duda.

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

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3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

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*American Refractive Surgery Council