Lente intraocular: La comodidad de vivir sin gafas

Lente intraocular

La lente intraocular te permitirá vivir sin preocupaciones

Más del 70% de los españoles sufren algún problema visual que les obliga a utilizar gafas. La causa más frecuente es la presbicia o vista cansada, al que sigue la miopía que afecta a un 30% de la población.

Aunque en los últimos años llevar gafas ha adquirido un aspecto estético relacionado con la moda, es cierto que para muchos pacientes se convierte en una carga que les impide desarrollar actividades en su día a día con total libertad.

Es por ello que las intervenciones para eliminar la dependencia a las gafas van en aumento. Muchos pacientes se operan para evitar una pérdida de visión irreversible debido a su patología, mientras que otros lo hacen por estética y comodidad.

No cabe duda que tener la libertad de ver el mundo sin necesidad de usar gafas y lentillas genera, en gran parte de los pacientes, una mejoría en la calidad de vida, incluso en la autoestima de muchos de ellos.

Libertad para practicar deporte

Los deportistas, ya sean amateurs o profesionales, son pacientes que demandan, cada vez más, la cirugía refractiva para corregir los defectos de graduación y lograr la corrección óptica necesaria para hacer deporte con total libertad.

Practicar deporte con gafas que no sean especiales puede ser peligroso e incómodo. Además, quienes se decantan por el uso de lentillas aumentan el riesgo de sufrir infecciones corneales.

Ahora que el running o las competiciones de triatlón, por ejemplo, están en auge quienes lo practican sólo quieren preocuparse por su rendimiento en vez de estar pendiente de que no se muevan o se caigan las gafas o que las lentillas no se sequen o les produzcan molestias.

Aun así, los oftalmólogos siempre recomendamos que al practicar deporte utilicen gafas de protección para evitar lesiones en los ojos. Hay que recordar que un 25% de las lesiones oculares se producen al hacer actividades físicas, como jugar al ping pong, el tenis, vela latina…

Una visión perfecta en el trabajo

Otra de las razones por las que acuden nuestros pacientes a la consulta para eliminar su defecto refractivo es profesional. Los problemas de refracción, como la miopía, hipermetropía o astigmatismo presentan limitaciones en muchas profesiones que requieren una visión perfecta. La cirugía refractiva permite dar salida a sus aspiraciones laborales.

Aumenta también el número de pacientes que quieren corregir su falta de vista para cumplir así los requisitos necesarios de una oposición, como puede ser la de Policía Nacional, Guardia Civil, Bomberos…

Aparte de los problemas de refracción y la agudeza visual, hay otras patologías oculares como las retinopatías o catarata que impiden acceder a las profesiones mencionadas anteriormente y que pueden ser intervenidas a través de diferentes técnicas quirúrgicas como el láser o la implantación de lentes intraoculares.

La solución a los problemas de refracción

La aparición del láser hace dos décadas supuso una revolución en la cirugía refractiva, ya que lograba eliminar los defectos de refracción de forma rápida. Aunque este tipo de intervención es sumamente eficaz en un alto porcentaje de los casos, muestra limitaciones en el tratamiento de determinados pacientes con alta miopía (superiores a las 6 dioptrías) o con córneas no aptas para ser intervenidas con láser.

En estos casos, se utilizan lente intraocular (ICL). Al contrario que otras lentes tradicionales que se colocan sobre la superficie ocular, ésta se coloca dentro del ojo, entre el iris y el cristalino. Una vez se ha implantado permanece indefinidamente en él.

Además, el desarrollo de una nueva generación de lentes intraoculares está permitiendo desarrollar un nuevo tipo de cirugía ocular, más segura y cómoda para el paciente.

Despedirse de los defectos de refracción en 10 minutos

La intervención quirúrgica para corregir los defectos refractivos se caracteriza por ser rápida, se realiza en 10 minutos, y tan sólo es necesario aplicar anestesia local mediante colirio. Una vez en quirófano se realiza una micro incisión con láser de unos 2-3 mm para poder implantar la lente, que no requerirá de puntos.

La lente intraocular (ICL), al ser una lente blanda y pequeña puede ser plegada e inyectada sin dolor en el ojo, en solo unos segundos. A continuación, se despliega y se acomoda en su posición.

Tras la cirugía, que es una de las más seguras en todo el mundo, el paciente puede deshacerse de sus gafas y lentillas, ya que recuperará una visión de calidad. Una de las principales ventajas de esta operación es que mejora la visión a distancia.

Nuevas lentes en el tratamiento de la miopía, hipermetropía y astigmatismo

Entre las novedades y avances en el campo de las lentes intraoculares, destaca la aparición de un nuevo modelo de lente intraocular denominada EVO.

Éstas se utilizan para la corrección de la miopía, hipermetropía y astigmatismo y ya se han implantado en todo el mundo más de 700.000. En Eurocanarias Oftalmológica hemos sido los primeros en Canarias en implantar a una paciente esta lente fáquica.

Uno de las mejoras que añade esta nueva lente en la cirugía es que permite ampliar el diámetro de la zona óptica y reducir el riesgo de que aparezcan halos o el paciente sufra deslumbramientos durante la noche.

Estudios recientes indican que la diferencia entre el tamaño de la pupila y el diámetro óptico de la lente puede provocar trastornos de visión nocturna, como los mencionados anteriormente. Por lo tanto, cuanto mayor sea el área óptica, menor será el riesgo de que aparezcan halos.

Algunos pacientes tras la cirugía refractiva manifestaban la percepción de disfotopsias, lo que generaba insatisfacción. Con los últimos avances los pacientes que tienen las pupilas más grandes se benefician de este nuevo diseño de lentes, que tienen diámetros ópticos más grandes y buena calidad óptica.

Humberto Carreras


Dr. Humberto Carreras

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

4. Shoja, MR. Besharati, MR. Dry eye after LASIK for myopia: Incidence and risk factors. European Journal of Ophthalmology. 2007; 17(1): pp. 1-6.

5a. Lee, Jae Bum et al. Comparison of tear secretion and tear film instability after photorefractive keratectomy and laser in situ keratomileusis. Journal of Cataract & Refractive Surgery , Volume 26 , Issue 9 , 1326 - 1331.

5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council