5 preocupaciones de un paciente al operarse con ICL

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Un paciente interesado en cirugía refractiva y candidato a ICL suele estar preocupado por algunas cuestiones, vamos a intentar ayudaros:


1. La ICL debe ser una cirugía complicada para mi ojo.

Nada más lejos de la realidad, la lente ICL se implante en 10 minutos, bajo anestesia en gotas de forma habitual (si el paciente no es muy nervioso) y la recuperación es casi inmediata. La experiencia del paciente en la cirugía suele ser muy parecida a la cirugía láser.

2. ¿Veré o me verán la lente en mi vida cotidiana?

No. El paciente no se ve la lente, por mucho que la busque, sólo un oftalmólogo con los medios de diagnóstico necesarios ve la lente, y desde fuera es igual, ni un reflejo ni nada raro, nadie verá tu ICL!

3. ¿Cada cuánto hay que recambiar la ICL?

El secreto del éxito de la ICL está en el material que la forma, el colámero patentado por STAAR Surgical, que es inerte en el ojo y ha demostrado estabilidad a lo largo del tiempo, la lente no precisa recambio, para entendernos “No caduca”.

4. ¿Se moverá la lente si llevo una vida activa?

No, la ICL es muy estable en el ojo, permitiendo una vida totalmente activa al paciente que la lleva implantada, la lente sólo se mueve ante traumatismos muy grandes que afectan a todas las estructuras del ojo.

5. ¿La lente corrige todas mis dioptrías?

La ICL se fabrica a medida del paciente en diámetro y potencia dióptrica, salvo que tu Oftalmólogo te diga lo contrario porque tu caso sea muy especial, la ICL va a corregir todas tus dioptrías, ¡consiguiendo una buena visión sin gafas ni lentillas!

Ignacio López-Marín Espigares


Dr. Ignacio López-Marín Espigares

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

4. Shoja, MR. Besharati, MR. Dry eye after LASIK for myopia: Incidence and risk factors. European Journal of Ophthalmology. 2007; 17(1): pp. 1-6.

5a. Lee, Jae Bum et al. Comparison of tear secretion and tear film instability after photorefractive keratectomy and laser in situ keratomileusis. Journal of Cataract & Refractive Surgery , Volume 26 , Issue 9 , 1326 - 1331.

5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council