Tic en el ojo, causas y tratamiento

Tic en el ojo

En muchas ocasiones, nos sorprende la aparición de un tic en el ojo que, progresivamente, parece ir aumentando en su frecuencia. La preocupación es lógica y la persona comienza a pensar en las causas y en el posible tratamiento de este síntoma. A continuación, desglosaremos las causas de esta circunstancia y los tratamientos que se pueden aplicar para eliminarla.

Causas del tic en el ojo

Curiosamente, entre las causas que provocan ese molesto temblor en el párpado no hay ninguna física que permita pensar en que se está padeciendo una dolencia de cierta gravedad. El estrés, el cansancio, el cansancio ocular tras la jornada laboral o la sequedad del ojo provocan este temblor. Otros factores como la ingesta de alcohol o de cafeína, así como ciertos desequilibrios en la dieta también provocan el tic. Incluso la alergia podría ser motivo de que el párpado temblara de forma intermitente. Es importante subrayar que, casi en la totalidad de los casos, los tics son benignos y no dejan de ser una reacción natural del párpado. Si las causas de tu tic son las anteriores se te aconseja descansar lo mejor posible y no sobrecargar al ojo con demasiada actividad. Si trabajas con el ordenador recuerda que cada hora tienes que parar cinco minutos para mejorar la hidratación ocular. El uso de gotas para humedecer el ojo es muy práctico. Sí es importante prestarle especial atención a si el tic está provocado por una alergia o por un desequilibrio en la dieta. En ambos casos se recomienda que el caso sea visto por un médico. El primer supuesto puede mejorar con un antihistamínico. El segundo denota la falta de minerales como el magnesio. Un estudio completo sería la mejor solución para evitar que el tic siga alertándonos de que hay un problema interno.

Tratamiento para el blefaroespasmo esencial

Cuando los tics no desaparecen adoptando las medidas arriba indicadas es el oftalmólogo el que debe darnos un diagnóstico. El blefaroespasmo esencial benigno es el que se produce sin origen neurológico y el que no proviene de las causas ya glosadas. El paciente no solo sufre un ligero tic sino una contracción muscular que puede afectar al rostro y que incluso podría provocar que el párpado se cerrase por completo. El tratamiento médico se hace necesario para mejorar la calidad de vida del paciente. Se suele usar toxina botulínica para conseguir paralizar el músculo que produce estos espasmos. Este tratamiento ha de ser constante y se debe repetir de manera temporal. Si esta solución no da el resultado esperado habría que optar por la miectomía, que elimina algunos músculos de la zona ocular que son los que se contraen- que ofrece un alto índice de resultados positivos. No hay que alarmarse. Los oftalmólogos inciden en que estos tics son benignos y que en raras ocasiones provienen de un problema de mayor calado. El analizar las causas que provocan el tic por separado puede dar lugar a pensar que hay una dolencia más grave. En un alto porcentaje de las veces es una combinación de causas lo que provoca este síntoma. Por ejemplo, si un paciente padece sequedad en el ojo es posible que opte por usar gotas humectantes que devuelvan al globo ocular a su estado natural. Si esa persona usa lentillas de contacto, y no lo hace correctamente, ahí estará la verdadera causa del problema. Lo mismo sucede si el tic lo produce la falta de nutrientes que, por mucho que se cubra, no tendrá efectividad si la persona sigue consumiendo cafeína o alcohol. El tic en el ojo no deja de ser un aviso de que hay que cambiar de forma de vida. El estrés, el cansancio, el nerviosismo y el exceso de trabajo suelen ser los motivos principales que lo provocan. Hábitos como fumar e incluso un exceso de ejercicio físico también provocan esta circunstancia. Por extraño que parezca, los músculos del párpado son los que más funcionan a lo largo del día. De ahí que ciertas prácticas aumenten el ritmo de parpadeo y terminen por provocar esos útiles avisos a los que hay que prestarle la atención necesaria.

Gotas ojos

Consejos prácticos

Aparte de intentar tomarse la rutina diaria a otro ritmo, es fundamental cuidar la salud ocular de forma más eficiente. Los susodichos cinco minutos de descanso han de ser usados para intentar mirar a puntos lejanos y para mover los ojos en diversas direcciones. Bajar los niveles de brillo del monitor es otra de las soluciones más eficientes y sencillas, para preservar sus ojos. Al terminar la jornada laboral sería interesante usar unas gotas que refresquen el globo ocular y le devuelvan su grado de humedad. Es vital usar gafas de sol y llevar a cabo una higiene ocular correcta. Problemas como la conjuntivitis podrían avisar, días antes, de su aparición con un tic. Es decir, hay un cúmulo de posibilidades que pueden ser la causa de este síntoma, analice una por una todas las arriba especificadas y actúe en consecuencia. Haga baños oculares, no dude en cerrar los ojos y aplicarse algún que otro producto de efecto frío para que la circulación del ojo vuelva a sus niveles normales. Busque cómo hacer ejercicios de gimnasia ocular que podrán ayudarle a evitar la aparición de estos tics. Consulte con su oftalmólogo para que le aconseje las mejores medidas de prevención para que su ojo siga funcionando de la mejor manera posible. Y, sobre todo, tenga en cuenta que los mismos, no dejan de ser un aviso para navegantes que le permitirá poder corregir cualquier tipo de problema con tiempo suficiente para evitar males mayores. Deje de preocuparse si un tic aparece cada cierto tiempo y analice, ahora que tiene esta información, qué puede cambiar en su día a día para que desaparezca progresivamente. Un cambio en la dieta, reducir el consumo de alcohol y tabaco, no beber demasiado café o refrescos con cafeína e intentar bajar un poco el ritmo de vida son consejos prácticos que evitarán la aparición del tic en el ojo y le ayudarán a tener una mayor calidad de vida.

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

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*American Refractive Surgery Council