Vitrectomía, ¿en qué consiste?

Vitrectomia

En el post de hoy os vamos a hablar sobre una operación que puede resolver muchos problemas de visión. ¿Quieres conocer más detalles? Sigue leyendo y podrás descubrir en nuestro post en qué consiste, los casos para los que se recomienda, cómo es el desarrollo de la operación y cómo cuidarse en el postoperatorio. ¡No te lo pierdas!

¿Qué es la vitrectomía?

Sirve para tratar enfermedades que afectan a la retina y al vítreo. Es una técnica de microcirugía ocular donde se realiza la extracción del vítreo, o lo que es lo mismo el gel transparente que rellena la cavidad ocular. De esta forma se puede acceder a la cavidad vítrea (la parte posterior del globo ocular) y manipular la retina para mejorar algunas enfermedades oculares.

Gracias a esta técnica muchas personas que estaban destinadas a perder la vista hace unos años, ahora pueden mantenerla e incluso recuperarla. En ocasiones, el vítreo puede deteriorarse y bloquear el paso de la luz y esto es lo que provoca que una persona no pueda ver de forma adecuada y pueda llegar a perder la visión por completo.

¿Cuándo se recomienda realizar esta técnica?

La vitrectomía está indicada principalmente para aquellos pacientes que presentan enfermedades propias del vítreo. También sirve para tratar sobre la retina otras enfermedades que puedan afectar de forma indirecta también al vítreo. Estos son los casos en los que se puede aplicar esta técnica:

  • Complicaciones derivadas de uveítis

  • Para solucionar complicaciones surgidas después de la operación de cataratas

  • Enfermedades relacionadas con la miopía magna, una alteración de la refracción cuando la miopía es superior a 6 dioptrías

  • Inflamaciones en el ojo

  • Algunas enfermedades de la mácula como agujeros maculares, neoformación de membranas, degeneraciones en esta parte del ojo, etc.

  • Heridas o traumatismos graves en el ojo

  • Hemorragias intraoculares

  • Desprendimiento de retina

  • Retinopatía diabética: en los casos en los que la diabetes ha afectado a la retina

¿En qué consiste la intervención?

Es una técnica que se lleva a cabo con anestesia local y cuya duración no supera las dos horas. Es una microcirugía, ya que se hacen unas entradas diminutas y el instrumental también es de tamaño reducido. Esta operación debe realizarse siempre por un profesional de la retina. El oftalmólogo durante la intervención está mirando el ojo a través de un microscopio para asegurarse la precisión.

A continuación, os explicamos los exámenes previos que se deben llevar a cabo antes de realizar la operación:

  • Una vez acudas a tu oftalmólogo y decidáis que la mejor solución es aplicar esta técnica, se debe hacer un examen ocular muy detallado y una ecografía para comprobar el estado de los tejidos oculares.

  • También, si es necesario, se realizará un escáner para ver en alta definición las capas de la retina. Lo que se conoce como Tomografía de Coherencia Óptica Retiniana (OCT).

  • La angiografía fluoresceínica es una prueba de contraste para ver si hay alguna pérdida de fluido o algún daño en los vasos sanguíneos que se encuentran en la retina.

  • Otra prueba que puede ser necesaria es un test electrofisiológico que consiste en una estimulación eléctrica del ojo para detectar problemas en la retina y en toda la vía óptica.

Durante la operación el cirujano realiza unas pequeñas incisiones, de unos 3 milímetros, en la pared externa del globo ocular (esclera). De esta forma ya se podrá acceder a la cavidad vítrea. Se usan instrumentos de precisión de tamaño inferior a medio milímetro, como una luz de fibra óptica para iluminar la retina, una cánula de irrigación para mantener la presión intraocular y un vitrectomo para cortar y extraer el vítreo.

Otros de los procedimientos que incluye esta operación es la inyección de gas o aceite de silicona, muy parecidos al vítreo, en la cavidad ocular para ayudar al proceso de reparación de la retina después de la operación. Con dicha técnica también es posible la combinación de otras operaciones, como la cirugía de cataratas o el transplante de córnea.

¿Existen riesgos?

Aproximadamente el 82% de los pacientes que se operan con esta técnica consiguen grandes mejoras en la visión después de la operación, aunque las cifras son muy positivas, como cualquier operación tiene algún tipo de riesgo. Tan solo el 18% de las personas operadas presenta alguna complicación y un 9% no experimenta ninguna mejoría. El riesgo reside en si la operación se realiza de forma conjunta con algún otro procedimiento.

Postoperatorio

Es muy importante, como en todas las operaciones y tratamientos, seguir fielmente los consejos e indicaciones de nuestro oftalmólogo para evitar posibles efectos secundarios y que la recuperación sea más sencilla y con mejores resultados.

En este caso, normalmente, estarás con un parche oclusivo hasta el día siguiente y es muy común la sensación de tener un cuerpo extraño dentro del ojo o la sensación de arenilla dentro del mismo. Pero no te preocupes, pasados unos días esta sensación irá desapareciendo. Los resultados de mejoría visual se pueden apreciar tras varias semanas o al mes.

En la mayoría de los casos enseguida se puede hacer vida normal sin restricciones, aunque es importante evitar durante la primera semana los movimientos bruscos y el ejercicio físico muy intenso. Después de la intervención se aconseja un tratamiento con gotas antiinflamatorias, antibióticos y dilatadores de pupila que deber ser recetados por el médico. El tiempo del tratamiento también dependerá de la evolución de cada paciente.

En el caso de tener los siguientes síntomas recomendamos acudir inmediatamente a tu médico:

  • Dolor intenso y palpitante que no desaparece con la medicación

  • Presentar sangrado en el postoperatorio

La vitrectomía es una opción excelente para aquellas personas que tienen deteriorado el humor vítreo, debido a diversas patologías oculares, ya que podrán recuperar la vista y notarán una gran mejoría de calidad de vida.

¡En nuestra web podrás encontrar nuestras clínicas oftalmológicas asociadas! Acude a un profesional para informarte y que te explique con todo detalle más sobre esta intervención. Es muy importante que el oftalmólogo estudie todas tus variables para recomendarte la mejor solución de forma personalizada.

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

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5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council