¿Cómo limpiar los ojos para evitar infecciones?

Limpiar ojos

En muchas ocasiones no prestamos la atención necesaria a nuestros ojos. No somos conscientes de lo importantes que son y de que les debemos dar un cuidado especial, sobre todo si tenemos alguna dolencia en ellos. Por eso, en el post de hoy os vamos a dar algunos consejos sobre cómo limpiar ojos de forma correcta, tanto si sufrimos alguna afección, como para evitar que se produzca.

De normal los ojos se limpian ellos mismos a través de las lágrimas, pero en ciertas circunstancias tendremos que aplicarles algún tipo de tratamiento. Por ejemplo, si sufrimos blefaritis, si acabamos de pasar por un proceso como la cirugía refractiva o algún otro tipo de enfermedad que nos produzca infección en los ojos ¿Queréis saber cómo limpiarlos de forma correcta? ¡Sigue leyendo y aprendiendo de nuestra mano sobre salud ocular!

¿Cómo debe ser la higiene de los ojos?

A continuación, os detallamos las diferentes formas y consejos que hay para la limpieza ocular.

  • Suero fisiológico: es una solución estéril de cloruro de sodio y agua que es compatible con nuestros ojos. Ayuda a quitar la suciedad del ojo y las sustancias pegadas al párpado. En casos como la conjuntivitis ayuda a eliminar las legañas.

  • Toallitas estériles: este producto se comercializa de forma individual para evitar su contaminación. Ya vienen impregnadas en productos específicos para los ojos. Ayudan a eliminar la sequedad, aliviar la inflamación y a limpiar la zona externa de los ojos.

  • Si utilizáis desmaquillante para los ojos hacerlo siempre con uno de calidad, ya que estos suelen producir irritación, por eso es importante usar productos que cumplan con la norma sanitaria.

Existen diferentes formas de limpiar nuestros ojos y es muy importante hacerlo de forma diaria para evitar algunas infecciones. Por otro lado, hay que estar muy atentos a algunos síntomas que pueden darse en nuestros ojos, y que son el principio de algunas patologías oculares, como por ejemplo la aparición de costras en las pestañas, sequedad e inflamación en los párpados.

Los ojos son órganos muy complejos y sensibles, por eso si se empieza a presentar algunos de los síntomas anteriores es mejor acudir al oftalmólogo para que nos explique y nos ponga un tratamiento adecuado. Dependiendo de la afección también deberemos llevar a cabo una limpieza especial para cada caso.

¿Cuáles son las infecciones más típicas?

A continuación, os detallamos algunas de las infecciones que afectan de forma más común a nuestros ojos:

  • Conjuntivitis: afecta al interior del párpado o a la capa externa del ojo. Puede ser muy contagiosa.

  • Queratitis: las bacterias en el ojo pueden causar dolor, ojos llorosos y problemas de visión.

  • Herpes: esta infección, que suele darse en la boca, también puede afectar al ojo y convertir la piel y los nervios de alrededor muy sensibles al tacto lo que puede causarnos dolor y malestar.

  • Blefaritis: es una inflamación de los párpados y sequedad alrededor de los mismos.

  • Celulitis orbital: consiste en una infección en el tejido alrededor de los ojos. Los párpados sufren una inflamación. Otros síntomas pueden ser: fiebre, dolor al mover el ojo y menos capacidad visual.

  • Orzuelo: también muy común. Es un pequeño bulto que puede contener pus en el párpado y se forma porque las bacterias bloquean la salida de secreciones del párpado

  • Dacriocistitis: se produce cuando se bloquea el saco lagrimal. Al despertar puedes encontrarte con pequeñas costras en los ojos y afectará sobre todo al área que se encuentra en la esquina del ojo cerca de la nariz.

¿Cómo prevenir infecciones en nuestros ojos?

Con estas pequeñas recomendaciones será mucho más fácil mantener una rutina de higiene y así evitar posibles infecciones visuales.

  • Llevar a cabo una limpieza diaria con los productos que os hemos explicado anteriormente, que no son invasivos para nuestros ojos: suero y toallitas estériles.

  • Nunca automedicarse, ni usar productos caducados.

  • Siempre que toques tus ojos debes tener que sea con las manos limpias, para evitar infecciones.

  • No compartir productos de aseo relacionados con los ojos como maquillajes, envases de lentillas, almohadas, toallas o pañuelos.

  • Cambia los productos de maquillaje cada 6 meses para evitar que se desarrollen bacterias y gérmenes.

  • Proteger nuestros ojos de agentes externos como polvo o arenilla con gafas de calidad.

  • Tener mucha precaución de no exponer los ojos a agentes químicos u otras sustancias nocivas para los ojos.

  • Mantener los ojos húmedos siempre. Si tenéis tendencia a ojo seco utilizar algunas lágrimas artificiales recetadas por un oftalmólogo.

¿Cómo limpiar los ojos de nuestro bebé?

Como ya os hemos detallado la higiene de los ojos en adultos es muy importante, y en el caso de los bebés no iba a ser menos. A continuación os damos algunos consejos para su cuidado:

  • Limpiar los ojos de forma diaria, ya que los bebés producen más mucosidad y así evitamos una posible oclusión de los lagrimales.

  • Es recomendable el uso de suero fisiológico y echarlo en el ojo del bebé cuando éste se encuentre boca arriba.

  • También se puede utilizar para quitar las legañas toallitas o gasas estériles. Estas últimas deben estar húmedas en agua hervida templada o suero. Si vamos a utilizar gasas o toallitas tenemos que usar una diferente para cada ojo y de esta forma evitaremos contagios de un ojo a otro en caso de infección.

Otras recomendaciones para cuidar nuestros ojos

  • Sobre todo, en esta época, utilizar gafas de sol con protección UV. Además al protegernos del sol evitamos el polvo y el polen que pueden causar alergia y malestar en nuestros ojos.

  • Descansa tus ojos cada día, puedes poner en práctica algunos ejercicios de yoga ocular para fortalecer los ojos y prevenir problemas oculares.

  • Disminuye el brillo de las pantallas. Deben usarse siempre en un entorno iluminado. Si pasas muchas horas frente al ordenador pon en práctica la técnica 20-20-20 para descansar la mirada.

  • Acudir al oftalmólogo al menos, una vez al año para revisar vuestra salud ocular.

  • La alimentación es muy importante y repercute mucho en nuestra vista. Consumir alimentos ricos en vitaminas A y C, que se encuentran sobre todo en vegetales.

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Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

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3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

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*American Refractive Surgery Council