¿Hay alguna posibilidad de que mi cuerpo rechace la lente ICL?

Ojos

Siempre que hablamos de implantes en nuestro cuerpo la primera palabra en la que piensan los pacientes es: Rechazo. El riesgo de que nuestro cuerpo rechace el implante en un corto o largo plazo preocupa igualmente a médicos y pacientes.


Lente ICL: El rechazo está descartado

En lo que respecta a la lente intraocular ICL la posibilidad de un rechazo está descartada tras una experiencia de más de 750.000 lentes implantadas y un seguimiento de más de 20 años en los casos más antiguos.

La clave de su excelente biocompatibilidad es el material, exclusivo del fabricante Staar Surgical, llamado colámero. Se trata de un copolímero que contiene colágeno y que por su comportamiento bioquímico dentro del ojo escapa a la respuesta inmunológica de rechazo y se integra perfectamente en el interior del globo ocular. Llama la atención la escasa reacción inflamatoria que presenta el ojo en los días inmediatos a la cirugía, lo cual permite una rápida recuperación de la visión, escasas horas, y la posibilidad de reiniciar una vida laboral normal en pocos días. Esta buena tolerancia se mantiene a lo largo de los años, sin que se hayan reportado casos de rechazo tardío ni ningún otro evento adverso relacionado con el material de la lente. En casos aislados de explantación tras muchos años de estancia intraocular se ha podido comprobar el buen estado de la lente en términos de transparencia y consistencia física.

Todo lo señalado permite asegurar que la lente intraocular ICL presenta un excelente nivel de biocompatibilidad con un riesgo de rechazo clínicamente despreciable.

Jaime Aramberri


Dr Jaime Aramberri

Información sobre seguridad

Las ICL se han diseñado para la corrección/reducción de la miopía en adultos de entre 21 y 60 años con una graduación de entre −0,5 D y −20,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D, y para la corrección/reducción de la hipermetropía en adultos de entre 21 y 45 años con una graduación de entre +0,5 y +16,0 D con o sin astigmatismo de hasta 6,0 D. Para asegurarse de que el cirujano use las ICL que mejor se adapten a su ojo, antes de la intervención refractiva, la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo deberán llevar al menos un año estables. Las ICL mejoran la vista, por lo que no tendrá que usar gafas ni lentes de contacto. No obstante, las ICL no eliminan la necesidad de usar gafas para leer, incluso si no las ha usado antes. Las ICL implican el uso de una intervención refractiva alternativa, como la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la queratectomía fotorrefractiva (PRK) y las intervenciones de incisión, o de otros medios de corrección refractiva, como las gafas y las lentes de contacto. La implantación de las ICL se considera intervención quirúrgica y, como tal, implica riesgos posiblemente graves. A continuación, se indican las posibles complicaciones y reacciones adversas asociadas con la cirugía refractiva en general: intervenciones adicionales, desarrollo de cataratas, pérdida de la vista corregida, aumento de la presión intraocular, pérdida de células en la superficie interior de la córnea, conjuntivitis, inflamación aguda de la córnea, inflamación persistente de la córnea, endoftalmitis (infección ocular total), deslumbramientos y/o halos alrededor de las luces, hifema (presencia de sangre en el ojo), hipopión (presencia de pus en el ojo), infección ocular, desplazamiento de la ICL, edema macular, pupila no reactiva, glaucoma de bloqueo pupilar, inflamación ocular grave, iritis, uveítis, pérdida del humor vítreo y trasplante de córnea. Antes de contemplar la posibilidad de usar las ICL, debe someterse a una revisión oftamológica completa y hablar con su oftalmólogo sobre la implantación de ICL, especialmente por lo que respecta a los posibles beneficios, riesgos y complicaciones. Deben hablar también sobre el tiempo necesario para la recuperación tras la intervención.

Referencias

Citas

1. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

2. Sanders D. Vukich JA. Comparison of implantable collamer lens (ICL) and laser-assisted in situ keratomileusis (LASIK) for Low Myopia. Cornea. 2006 Dec; 25(10):1139-46. Patient Survey, STAAR Surgical ICL Data Registry, 2018

3. Naves, J.S. Carracedo, G. Cacho-Babillo, I. Diadenosine Nucleotid Measurements as Dry-Eye Score in Patients After LASIK and ICL Surgery. Presented at American Society of Cataract and Refractive Surgery (ASCRS) 2012.

4. Shoja, MR. Besharati, MR. Dry eye after LASIK for myopia: Incidence and risk factors. European Journal of Ophthalmology. 2007; 17(1): pp. 1-6.

5a. Lee, Jae Bum et al. Comparison of tear secretion and tear film instability after photorefractive keratectomy and laser in situ keratomileusis. Journal of Cataract & Refractive Surgery , Volume 26 , Issue 9 , 1326 - 1331.

5b. Parkhurst, G. Psolka, M. Kezirian, G. Phakic intraocular lens implantantion in United States military warfighters: A retrospective analysis of early clinical outcomes of the Visian ICL. J Refract Surg. 2011;27(7):473-481.

*American Refractive Surgery Council